“La escalada. ¿Un deporte solo de montaña?”

Quique Guijarro, realizando la escalada, un deporte que no es solo de montaña

“La escalada, ¿Un deporte solo de montaña?”

Quique Guijarro

Crónica de un aficionado a la vida sana

 

La escalada. Un deporte solo de montaña por Quique Guijarro

Hola, ¿qué tal?, mucho tiempo sin saber de ti. Espero que hayas pasado un estupendo verano. Yo te confieso que no he parado de hacer deporte, así que he pensado que con este rato que pasaremos juntos leyendo, y con un poco de suerte, te animarás a hacer un poco de deporte y a cuidarte un pelín, que nunca está de más.



Verás, hoy me he sentado a escribirte este artículo para llevar hasta tus retinas y a través de la pantalla de tu dispositivo móvil, mi maravillosa experiencia con uno de los deportes que más me bajan las revoluciones en mi vida. Si no me conoces en persona o si quizás es la primera vez que te has detenido a leer estas crónicas que un servidor redacta para promover la vida sana, el deporte y la buena vibra, debo advertirte que soy un poquito inquieto.

Hay quien podría llegar a llamarme: ese condenado incombustible que siempre anda haciendo mil cosas a la vez y que no para de sonreír. Ese soy yo. El mono que cuelga de las paredes cada fin de semana que el tiempo acompaña. Y si no es así o el apetito no me lleva a la montaña, también puedo andar colgándome de las paredes de mi lugar favorito para entrenar este precioso deporte, un lugar donde todo está preparado para que aprendas y te enamores de la escalada deportiva.



La escalada deportiva llegó a mi vida en el momento perfecto y de la mano de mi tío más aventurero, Cristóbal. El recién llegado a la familia, al que todo el mundo quería porque era y es muy buena persona, pero que nadie entendía por qué se iba cada fin de semana a la montaña a colgarse de las paredes de roca.

Quique Guijarro practicando una de sus pasiones favoritas, la escalada deportiva

En una de esas reuniones familiares que tanto nos gustaban a ambos, léase entre líneas el sarcasmo por favor, entablamos conversación. Y lo cierto es que no fue difícil llegar al punto en que planeamos cómo a los pocos días, nos iríamos a practicar lo que sería una de mis pasiones por el resto de mi vida, la escalada deportiva.

Hago una pequeña pausa en este artículo para secar literal y metafóricamente mis lágrimas como canario enamorado de mi tierra, por los devastadores incendios que han arrasado con gran parte de la belleza de la isla que me vio nacer, y la que llevo con tinta en mi piel, hasta el momento en el que me reúna con ella, para vivir mis últimos días de vida. Pasé tremendo miedo el día que mi hermana pequeña, Patricia, me llamó enseñándome las imágenes del incendio a pocos kilómetros de su casa. Lloré el día en el que vi por primera vez al representante de los efectivos encargados de resolver esta catástrofe natural, en las ruedas de prensa cubierto de cenizas y hablando en plata la situación real, y dejando todo cuanto fuera necesario en esos focos del infierno para detenerlo como fuera necesario.



Los ciudadanos de toda la isla y en especial, de la zonas colindantes, a los municipios afectados, dieron todo lo que tenían para ayudar a las familias más afectadas. Sus propias casas, sus fincas para acoger animales. Todo lo que fuera necesario y estuviera en sus manos. Los propios establecimientos de la zona, no aceptaban que los exhaustos bomberos y efectivos abonaran la comida y bebida que compraban o consumían, tratando así de devolverles el esfuerzo sobrehumano que estaban realizando. Sin olvidar que la web de voluntariado del Cabildo de Gran Canaria colapsó debido al número incontable de personas que ofrecieron sus dos manos para acabar con esta tragedia, que hoy llena mis ojos de lágrimas otra vez. No quiero ocultarte el nudo en la garganta que ahora mismo empuja las teclas de mi ordenador portátil y que remueve mi lengua para no tragarme mis propias gotas de agua salada. Los niños que han tenido la desgracia de vivir esta pena situación tan horrible, han sacado de todo esto, algo que me enorgullece como educador. Ahora hay muchas niñas y niños que ya no quieren ser futbolistas famosos ni Youtubers, ahora quieren ser bomberos. Perdóname, voy a por un pañuelo. Estoy muy sensible estos días.

¡Eah! Ya he vuelto. Como te decía, la montaña donde aprendí a escalar, hoy en día está calcinada por las llamas. La suerte de la que podemos estar más que orgullosos, es que la variedad de pino que crece en Canarias, tiene una peculiaridad impresionante y es que es “resistente al fuego”. No en un cien por cien, pero sí que es capaz de regenerarse antes que otras especies de árbol de estas características. Las montañas, los paisajes, la roca, el mar que se ve desde las vías donde aprendí a trepar, tienen hoy, un aspecto muy diferente de cuando yo iba con mi tío Cristóbal a entrenar.

La naturaleza es muy poderosa pero cuando sufre, no puede gritar de dolor. Así que yo aprovecho mi rincón, mi pequeño lugar digital para hacerte llegar mi pasión por la vida, por la naturaleza, por las cosas bellas y bonitas de las que debemos cuidar. Y si con este artículo logro que te animes a probar la escalada y de paso a visitar las Islas Canarias, pues, ¡oye!, planazo, ¿no?

Quique Guijarro, practicando un deporte que será olímpico, la escalada

La respuesta más común antes de enfrentarse a cualquier deporte que nos saque de nuestra zona de confort es:

“Yo no sé”, “Yo no tengo fuerza para eso”, “Yo no sirvo para el deporte”, etc…

La realidad es que nada cuesta nada y eso tú bien lo debes saber. Y te lo digo porque si a estas alturas del artículo, sigues leyéndome, eres una persona curiosa, y con eso, ya tienes un paso dado al frente, que para tu información, dice mucho de ti.



Cualquier deporte al que tu cuerpo no esté acostumbrado, es cierto que cuesta. Pero también es una gran verdad que todo lo que hagas por tu salud y forma física, suma en realidad. Por lo que si tu caso es el de una persona sedentaria, no te rindas, que en algún momento sacarán un aparato para hacer deporte sin moverse. Jajaja si no lo hay ya… jajaja

La técnica de la escalada, en base, es muy parecida en todas sus modalidades. Para que me comprendas: debes saber que toda la escalada no es nombrada de igual manera. Igual que también quiero que sepas, por si aún no lo habías leído o escuchado, que la escalada se ha convertido en un deporte olímpico. Así que, en las próximas olimpiadas hará su aparición estelar entre un montón de opiniones encontradas, de los más expertos y entendidas. Las hay a favor y las hay en contra, pero la verdad es que a mi me parece que todo lo que se lleve a ese nivel deportivo, le conferirá una visibilidad a nivel mundial. Y sin duda, hará que muchísimas personas que desconocían lo apasionante que puede llegar a ser este deporte cuando le dedicas el tiempo necesario para conocerlo, se atrevan a escalar.

Quique Guijarro en plena escalada

La escalada que yo practico es la denominada escalada deportiva.

Dentro de ella hay varias formas de practicarla. En la montaña podemos encontrar las llamadas vías, que son, por así decirlo, los caminos verticales que seguimos para llegar a la cima o a la reunión. Así se llama el lugar en el que la vía se da por finalizada. Las vías están equipadas por expertos, con los materiales adecuados para poder ascender y descender con la mayor seguridad posible. Anillas, cintas, arneses, mosquetones, cuerdas, todo lo necesario para subir y bajar en la escalada deportiva, forman parte del equipo de cualquiera que se dedique a esta práctica.



Dentro de este tipo de escalada, hay otra forma de practicarla, siempre y cuando la vía no supere una altura máxima de ocho metros. En este caso, la modalidad a la que me refiero y que se realiza sin cuerda, tan solo equipados con sus propios cuerpos, una bolsa de magnesio y una buena colchoneta, se la conoce como búlder. Y para los que piensen que si no hay anillas en la roca, no se puede escalar, os invito a que la próxima vez que vayáis a la montaña, os fijéis si en las gigantescas rocas veis ciertas marcas de color blanco, y que parecen polvo de talco, en las grietas que tienen. Es polvo de magnesio, el mismo que usan los deportistas que vemos en televisión colgándose de las anillas, o por ejemplo, de las barras fijas haciendo unas acrobacias increíbles.

Te puedo asegurar que cuando te adentras en este mundo de la escalada, empiezas a ver las cosas que se hacen por ahí en el mundo y descubres que hay gente que ama este deporte a un nivel inimaginable. Mujeres y hombres que se dedican por y para la práctica de este deporte olímpico.



Un deporte que une la adrenalina y la paz que la propia naturaleza te brinda 

Aquí en Madrid es bien sabido que el parque natural de La Pedriza, es el lugar idóneo para la práctica de la escalada. Y es ahí donde voy siempre que puedo con mis buenos amigos italianos, Franccesco, Angelica y el pequeño gran hombre de la familia y experto escalador, David. Ellos me están ayudando a reconectar con este deporte que tanto me apasiona. Los planes junto a ellos, y más en concreto los días que vamos a escalar son siempre los más divertidos. 

La verdad es que siempre defiendo la práctica del deporte por encima de todas las cosas, pero si lo haces con amigos, ya ni te cuento. Es como un extra perfecto. Como el agua fresca de una playa de arena blanca. Como los grillos entonando una sinfonía en una noche estrellada.



Dentro de la escalada hay diferentes graduaciones. No se miden igual los grados que se le dan a las vías de la escalada deportiva, que es la que yo practico, que la que vemos en la mayoría de las películas. Me estoy refiriendo a la escalada clásica. La modalidad que tiene unas vías que superan, entre otros factores, los treinta metros de altura.

La escalada que yo entreno tiene una graduación sencilla y que con que vayas un par de veces a entrenar con gente que sepa, para que tomes las precauciones necesarias, te familiarizarás con el lenguaje básico de este deporte. Por lo menos para que controles cuales son las vías que están a tu alcance y para que sepas hablar con propiedad, que todo el que practica un deporte agradece que la gente que empieza trate con respeto de hacer las cosas bien y llamar a las cosas por su nombre.



Igual que en el buceo a lo que nosotros llamamos gafas, los que bucean dicen máscara y a lo que nosotros llamamos bombona, ellos dicen botella. Pero como te digo siempre, todo es ponerse, y si te llama la atención, te diré que un montón de amig@s y alumn@s de mis clases, se han animado algún que otro domingo a venir a probar, e incluso a repetir conmigo al lugar al que voy a entrenar, lo que se conoce como escalada indoor.

En la ciudad de Madrid hay muchísimos sitios donde ir a practicar escalada, sobre todo si no tienes tiempo de ir a la montaña por razones de horarios o de transporte o por lo que sea. Yo sigo una regla básica que funciona bastante bien y que te transmito tal cual: Si son buena gente y me tratan bien, allí me quedo. Sin más ciencia. Yo tuve la suerte de llegar hasta este espacio magnífico llamado TheClimb, gracias a mi alumna Claudia. Ella iba a entrenar ahí y cuando le pregunté me invitó a acompañarla un día, y desde entonces lo recomiendo siempre. Además, ahora acaban de reequipar todo el rocódromo, que es así como se llaman los sitios donde se practica la escalda que no sea en roca natural. Así que si te animas a probar un día, busca TheClimb en Instagram y no dudes en decirles que vas de mi parte, verás que son más majos que las pesetas y que procurarán que lo pases genial.



Y por si tienes alguna pregunta más en el tintero voy a lanzarte algunas respuestas que se me pasan justo ahora por la cabeza para finalizar con la esperanza de acertar con tus preguntas. Sí, dan clases para gente que no tiene ni idea, para gente que tiene nivel y para gente que quiere dedicar su vida por completo a esto. La mejor época para escalar no es cuando hace buen tiempo, o no por lo menos cuando el sol pega en la montaña.

La escalada es un deporte que depende de muchos factores y entre ellos la temperatura de la roca determina la adherencia con la que contarán tus manos a la hora de ponerlas sobre los agarres.

Bueno, llegó el momento de la despedida y quisiera agradecerte que me hayas acompañado hasta el final y advertirte que las cosas que has aprendido o leído en este artículo sobre la escalada están basadas en mi experiencia personal y que son sin querer profundizar en exceso, porque lo que quiero es que te pique la curiosidad, como la que te ha traído hasta aquí, y te vengas un día a entrenar conmigo o con tus amigos y descubras que la escalada no es solo un deporte de montaña.

Quique Guijarro poniendo sus libros cerca de su cara
Quique Guijarro @quiqueguijarro

 

 

 

 

 



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