Uno de los accesorios más utilizados para la práctica de la natación son las aletas. Tienen la particularidad de que le aportan al deportista una serie de mejoras en cuanto a rendimiento.
En un primer momento fueran creadas para darles un uso exclusivamente militar, pero con el tiempo consiguieron hacerse un hueco en disciplinas subacuáticas para obtener unos resultados más favorables en los entrenamientos.
¿Por qué nadar con aletas?
Las aletas de natación se inspiran, en realidad, en la anatomía de los animales. En concreto en las extremidades de anfibios y aves acuáticas, que tienen la capacidad de alcanzar grandes velocidades en el interior del agua debido a que presentan una amplia superficie propulsiva. Esto les permite avanzar sin necesidad de realizar un gran esfuerzo.
Por medio de este accesorio, el deportista consigue incrementar el espacio de propulsión de los pies sin que se acaben hundiendo por el peso extra. De ahí que se utilicen para su fabricación materiales como el plástico o la goma, y la forma que adopte sea plana y triangular.
Es cierto que aunque en las competiciones de natación no se permitan, sí que sirven de gran ayuda para la mejorar el batido de los pies, lo que se traduce en una mejora de la técnica y de la velocidad.
¿Qué ventajas aportan las aletas a la hora de nadar?
Antes de incorporar las aletas o cualquier otro accesorio a tus rutinas preparatorias, quizás deberías ser un tanto precavido y hacer un trabajo previo de adaptación a la flexión adicional que implica el uso de las mismas. A continuación detallamos los beneficios que te aportarán.
Mejora la flexibilidad de los tobillos
El batido de las piernas aporta en torno al 30% de la propulsión que llega a crear el nadador en el agua. Para sacarle el máximo partido posible a esa patada, los tobillos necesitan flexionarse lo suficiente para alcanzar el efecto látigo. De esa manera se empujará hacia atrás una mayor cantidad de agua y por medio de las aletas se podrá mejorar la flexibilidad.
Con la ayuda de estos accesorios, además, se conseguirá generar un efecto de sobrecarga en los tobillos, que les permitirá ampliar el rango de movimiento habitual en el periodo de propulsión. El empleo regular de las aletas contribuye a estirar los tobillos y dará como resultado un batido más potente.
Un core más fuerte
El core se sitúa en el centro de gravedad de nuestro cuerpo, y hay una tendencia a pensar que es donde se ubican los músculos abdominales, pero en realidad abarcan estos músculos, además de lumbares, glúteos, pelvis y la musculatura profunda de la columna.
El empleo de las aletas nos permitirá fortalecer esta zona. El resultado será una mayor estabilidad y una mejora en la postura corporal, evitando molestias físicas y elevando el rendimiento. Además, el core influye de forma directa en la adecuada ejecución y fuerza de la patada.
Trabajar los músculos de las piernas
Al utilizar las aletas en natación haremos un esfuerzo adicional, ya que es preciso mover con los pies una superficie mucho mayor dentro del agua. Por medio de estos movimientos se fortalecerán los cuádriceps y el psoas, los cuales participan de manera activa a la propulsión de las extremidades inferiores.
El esfuerzo a realizar será mayor y el cuerpo debe adaptarse a ello. Ganaremos en fuerza y resistencia, y al conseguir unos músculos más robustos podremos nadar a más velocidad.
Contribuyen a adquirir una mejor posición en el agua
Con el empleo de las aletas no solo conseguimos desplazarnos con más rapidez por el agua, también contribuirán a que el cuerpo adquiera una mejor postura hidrodinámica, disminuyendo la resistencia que la propia agua ejerce sobre nosotros.
Simulan la velocidad de carrera con menos sacrificio
El objetivo de todo nadador es moverse con más facilidad dentro del agua y las aletas de natación desempeñan una labor esencial en ese sentido. Si nos adaptamos a ejercitarnos con este accesorio, en el momento de nadar sin ellas conseguiremos un ritmo más alto. Es lo que se conoce como patrón neuromuscular, y se produce cuando al utilizar las aletas, los nervios recuerdan la sensación de desplazarnos más rápido a través del agua, y cuando no se haga uso de ellas tratará de reproducirlo de forma automática.
Cuantas más veces se repita dicho patrón, es decir, nadar con la ayuda de las aletas, más sencillo le resultará repetir dicha acción a nuestro sistema.
Mayor nivel cardiovascular
La natación está considerado uno de los ejercicios más completos que existen. Entre otras cosas nos ayudarán a mejorar nuestro acondicionamiento cardiovascular. Se trata de una disciplina en la que se queman muchas calorías y que contribuye a permanecer en forma.
Al incorporar las aletas aumentaremos el trabajo efectuado por las piernas, empujándolas a realizar un mayor esfuerzo, incrementando la intensidad y mejorando el nivel de acondicionamiento cardiovascular.
Si en tu caso ya has usado aletas de natación para tus entrenamientos, ¡cuéntanos tu experiencia!
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