¿Qué pensarías si te digo que tienes el súper poder de no negociar tu paz interna con ninguna persona o situación? ¿Qué pensarías si lo que asume tu entorno como cierto, no lo fuera? ¿Qué pensarías si te digo que ya tienes ese súper poder, y solo tienes que usarlo? ¿Qué pensarías ese súper poder es el Lenguaje?
Durante muchos años culturalmente hemos estado acostumbradas a que sea ofensivo dudar, cuestionar o repensar las creencias que nuestro entorno nos ha heredado. Ofensivo por ser mujeres y retar al estatus quo, o porque no es la norma de la: familia, industria, gobiernos, etc. Lo “normal” es aceptar por cierto, por conveniente, sistemas de pensamientos que le han funcionado a algunos, pero no nos hemos detenido a preguntarnos: ¿Esto funciona para mí?
“Cada uno se identifica con su propio sistema de pensamiento, y todo sistema de pensamiento se centra en lo que uno cree que ES” dice “Un Curso de Milagros”.
Si nunca te has acercado a tus creencias actuales para conocerlas, y por ejemplo tienes la tendencia de sentirte siempre rechazada, inconsciente buscarás situaciones externas que confirmen esa creencia interna que no has reconocido.
Muchas veces decidimos adueñarnos de creencias ajenas que no hemos revisado si nos funcionan o no, de quién las heredamos, y si nos proporcionan bienestar o tormento, desde ese espacio de no cuestionamiento conectar con la Paz Interna se vuelve utópico.
Forma parte incluso de nuestra respuesta biológica, correr hacia donde vemos que todos corren sin detenernos a preguntar: “ya va, ¿por qué estamos corriendo?”. Los conceptos son importantes porque nos permiten ver más allá de lo aparente, aunque de todas maneras, cada quien cree en lo que decide y esos son los lentes de su perspectiva, a través de los cuales interpreta cada experiencia. Es por eso cada quien elige creer lo que es y en función de eso actúa.
Por esta sutil premisa olvidamos nuestra Paz Interna en situaciones cotidianas.
Cuando una persona emite un juicio o una respuesta y te sientes herida la pregunta es: ¿Percibes que eso es verdad para ti? ¿Si no es verdad para ti, por qué también buscas defenderte? ¿Por qué decides pensar que ese comentario puede atacar tu paz interna? ¿O está “atacando” tu paz porque en el fondo valoras ese juicio como cierto?
Entonces damos algunos pasos en esa búsqueda del bienestar, y pronto nos vemos retornando una vez a la inseguridad, a la desconfianza interior, a la incertidumbre, a cuestionar nuestros talentos. En ocasiones resulta más fácil cuestionar nuestros talentos que nuestras creencias.
Te propongo invertir ese patrón, para conocer una nueva forma de ver las cosas. No se trata de “no sentirnos vulnerables” se trata de distinguir cuando estamos operando desde la autodestrucción y no desde la compasión: el entendimiento, el aprecio y el amor a nosotras mismas.
En esos momentos donde los tentáculos del miedo te atrapen, en vez de dudar de tus talentos te propongo este ejercicio, repite conmigo:
“Sí en este momento estoy experimentando miedo, sí en este momento me siento vulnerable, me siento confundida, me siento triste, con poca energía; pero confío en mi sabiduría, confió en mi fuerza, y sé que tengo las herramientas para encontrar el camino de regreso a mi bienestar”.
Una oportunidad disponible es usar el lenguaje como medio para el fin. Si comienzas a dudar de los pensamientos basados en el miedo y en el ataque, pronto te verás cuestionando las proyecciones de otros sobre ti. Abandonarás entonces la necesidad de asumir esos pensamientos como tuyos. Los pensamientos basados en el miedo viajan por el mundo buscando a ver quién los compra.
El ataque no tiene y nunca tendrá justificación, lo que si puedes decidir es si vas a creer en su mapa del mundo o si es esa una oportunidad para comenzar a construir un mapa más amable para ti. ¿Cómo mantener y preservar la paz interna, ante lo que no podemos entender y controlar? Cuando cedemos el gran poder que existe en la duda desperdiciamos un puente hacia nuestra paz interna.
Elegir por la Paz no depende de una receta mágica o una recomendación, elegir por la Paz es un hábito que se vuelve parte del proceso de vivir. Existe una técnica que he empleado en estos casos y quiero compartirla contigo, cuando te veas en estas situaciones donde te sientas criticada, atacada, rechazada, enjuiciada, pregúntate:
- ¿Por qué me impacta/ofende/duele esto?
- ¿La información que me da está dando habla sobre esa persona o sobre mí? Es decir, una creencia y autoconcepto que no reconozco sobre mí, o una proyección de su miedo en forma de: crítica poco amable, calificativos, juicios, culpabilidad, rechazo, vergüenza, reproche.
Encontramos una oportunidad de preservar la paz cuando empleando actos lingüísticos como: “esa actitud no me funciona, elijo que hablemos en otro momento, no me funciona conversar con gritos e insultos, te pido que no tengas esas referencias hacia mí pues no seguiré entonces en relación contigo mientras esa conducta se mantenga”.
Olvidamos la Paz Interna cuando decidimos responder con la misma carga de agresividad, olvidamos la Paz Interna cuando confiamos en el “ojo por ojo y diente por diente”, olvidamos la Paz Interna al no reconocer que es nuestra única y absoluta responsabilidad, de nadie más.
Autora: Rogsel Castillo @hablavalentia
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