El estrés es una respuesta de nuestro organismo que moviliza recursos fisiológicos y psicológicos con la finalidad de hacer frente a una demanda.
Es muy frecuente escuchar que el estrés es perjudicial y dañino, sin embargo, no siempre es así, ya que puede ser una respuesta adaptativa y beneficiosa. Lo que hace que se convierta en dañino para la salud, es el exceso de estrés y que éste se mantenga en altos niveles durante un tiempo prolongado, es decir, que el sobre funcionamiento al que se somete nuestro organismo esté activado crónicamente.
¿De qué manera influye el estrés en el rendimiento?
El proceso de activación ante una tarea, se puede entender si nos apoyamos en una campana en forma de U invertida. En este sentido, al principio, el proceso de activación es bajo de forma que la persona no está preparada para rendir. Según avanzan los niveles de estrés, el proceso de cognición (concentración, atención, velocidad de procesamiento…) se va activando hasta llegar a niveles óptimos y alcanzando un adecuado rendimiento. Pero si continúa el estrés por encima del nivel óptimo, es probable que la actividad cognitiva se ralentice dando lugar a un menor rendimiento, y por tanto, mayores errores ante la tarea.
¿Cuáles son los factores que determinan si el estrés resultará un aliado o un enemigo para nosotros?
Existen varios factores que influyen en la gestión del estrés.
Éstos factores responden a variables externas del ambiente (clima laboral negativo, falta de adecuación del puesto a las competencias del profesional, experiencias previas negativas académicas, sucesos vitales presentes con alta carga emocional como una enfermedad de un familiar…).
Del mismo modo, hay variables internas que pueden provocar la aparición del estrés negativo como son los estilos de afrontamiento (dependiendo si la persona está más centrada en la solución o si está más centrado en el problema, si dispone de una visión optimista o negativa hacia el reto y sus dificultades), del tipo de estrategias de regulación emocional, de los rasgos de personalidad, si hay percepción o no de apoyo social, si la persona dispone de adecuados recursos internos y fortalezas, del tipo de hábitos y estilo de vida, entre otros.
Si consideras que el estrés puede estar afectando a tu rendimiento laboral o académico, generando un malestar significativo la mayor parte de los días, es recomendable entonces que acudas a un profesional. En Grupo Laberinto proponemos un programa especializado e integrador para atender tus necesidades psicológicas y físicas, con el objetivo de mejorar tu calidad de vida.
Marta de la Peña
Psicóloga de Grupo Laberinto